lunes, 29 abril, 2024

Decapitaron a tres de los siete presos asesinados en Tacumbú

La masacre del martes en el penal de Tacumbú en la capital paraguaya consistió en una venganza con siete internos muertos a puntazos, golpes y torturas de todo tipo. Tres cuerpos fueron decapitados y todos grabados con teléfonos celulares con la misma consigna sonando en guaraní y castellano: “Acá los que delatan pagan así, con la muerte”.

¿A quiénes habrían delatado?

Según las fuentes periodísticas y policiales consultadas por un medio provincial en Paraguay, la “venganza tumbera” a punta de faca, lanzas y cuchillos fue porque una facción dentro de la prisión avisó a las autoridades penitenciarias que el primer intento de motín, el martes por la mañana, correspondió al plan para que se fugaran Orlando Efrén Benítez Portillo (40) y Armando Javier Rotela Ayala (43), ambos vinculados al Primer Comando Capital de San Pablo, en el caso de Rotela Ayala como jefe o líder del microtráfico de crack en Asunción y Benítez Portillo como un criminal especializado en asaltar bancos, volar cajeros automáticos y escapar, dos veces, de cárceles de su país.

Para contextualizar el peligro que ambos representan, en diciembre de 2012 protagonizaron la fuga de la prisión en Las Misiones junto a otros tres presos. Rotela Ayala escapó hacia Asunción y luego San Pablo, Benítez Portillo y demás cómplices cruzaron el río Paraná y obtuvieron un “aguantadero” en San Gotardo en Capioví, donde les resultó urgente obtener dinero y cayeron en manos de los efectivos de la Unidad Regional IV cuando intentaron ejecutar el primero de sus planes, asaltar una ferretería. El segundo correspondía a robar un banco de Jardín América.

Ya en 2012 Benítez Portillo era considerado un delincuente de temer, por lo que junto a los tres fugados restantes fueron expulsados a su país en balsa ante la advertencia concreta que sus allegados vendrían hasta la comisaría Segunda de Puerto Rico a rescatarlo.

Ayer, con la confirmación que el motín arrojó siete detenidos muertos, sólo dos con condena, 19 agentes penitenciarios tomados como rehenes y múltiples incendios y enfrentamientos, volvió a escena el protagonismo de Benítez Portillo y Rotela Ayala como los responsables de lo sucedido.

Para investigar lo sucedido se designaron siete fiscales penales y se reforzó la seguridad dentro y fuera del presidio asunceno.

La ministra de Justicia de Paraguay, Cecilia Pérez, aseguró que no renunciará a su cargo en medio de la crisis desatada y reconoció que el PCC está detrás de los intentos de fuga de sus integrantes.

“El vegetariano” devoto del “Gauchito” y “Krishna”

CREYENTE. Orlando Benítez Portillo y sus “santos” plasmados en la piel. Estuvo preso en Misiones en 2012.

Orlando Efrén Benítez Portillo hoy tiene 42 años y fue detenido en dyiciembre de 2012 en Capioví luego que investigadores de la Unidad Regional IV (Puerto Rico) lo detectaran junto a tres paraguayos más en San Gotardo, luego de escapar a los tiros de la prisión de Las Misiones en su país.

Planeaban robar un banco en Jardín América de la única manera que sabían hacerlo, a punta de arma de fuego, pero necesitaban dinero previo para ejecutar el golpe y conseguir las “herramientas”. Ese paso fue frustrado, un asalto a una ferretería en Capioví. Los descubrieron a tiempo y con la misma premura los cuatro evadidos fueron expulsados a su país.

Menos de un año después volvió a escapar en similares circunstancias de la prisión de Concepción, la denominada cárcel de máxima seguridad.

En 2015 y tras ampliar su prontuario con enfrentamientos con la policía y hacer volar cajeros automáticos, fue atrapado nuevamente y trasladado a Tacumbú.

Allí se encontró con Armando Javier Rotela Ayala, “el rey del microtráfico del crack” o “chespy” del gran Asunción. Juntos se fugaron en 2012, pero Ayala escapó hacia San Pablo, donde nació y se expandió el PCC.

La vida de Benítez Portillo es singular no sólo por lo impiadoso de sus crímenes, acarrea un triple homicidio y dos asesinatos más. Su cotidianeidad se caracteriza por entrenar, meditar y rezar a “San la Muerte”, “Krishna” y al “Gauchito Gil”. A los tres los tiene tatuados en espalda y brazos, entre 29 cicatrices de bala. Si estuviera en libertad podría ser vegano, por lo pronto su dieta no contiene carne y no consume las drogas que venden sus compañeros de banda en Paraguay, Brasil y Argentina.

(Fuente: P.E)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *