Jordi Cañas es el presidente de la delegación para las Relaciones con el Mercosur del Parlamento Europeo. Visitó la Argentina, se reunió con Mondino e indicó que el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) está cerca de firmarse.
Después de tantas veces que se lo mencionó y hasta se lo anunció a lo largo del último año, ahora sí todas las señales indican que el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) está cerca de firmarse. Inclusive Bruselas ya cuenta con un cronograma interno que pone a febrero como el mes clave.
Al llegar a la presidencia, Javier Milei dejó bien en claro que cerrar el acuerdo sería una de sus prioridades en materia de política exterior en los primeros meses de gestión. Es así que, para lograrlo, la canciller Diana Mondino empezó a trabajar rápidamente con los vínculos europeos en la Argentina, con los embajadores en el viejo continente y con su equipo del Palacio San Martín.
En este contexto, durante la última semana hubo una visita oficial de un grupo de parlamentarios europeos. Quien la encabezó fue Jordi Cañas, eurodiputado y presidente de la delegación para las Relaciones con el Mercosur del Parlamento Europeo. Cañas es una de las personas que más conoce los detalles y las negociaciones entre ambos bloques.
“Faltaba voluntad política, pero ahora está todo listo y hay que firmar el acuerdo ya”, afirmó el español. Durante la charla, Cañas se muestra muy optimista con el rumbo de las negociaciones en los próximos días.
– Muchas veces a lo largo del año se mencionó que el acuerdo estaba cerca de firmarse. Pero, ahora, ¿qué cambió? ¿Qué falta?
– En mi opinión, voluntad política. Hay pequeños temas técnicos que son perfectamente asumibles. Muchas veces los políticos se escudan en temas técnicos para no ponerse de acuerdo y tomar una decisión. Ahora mismo, en mi opinión, y soy un buen conocedor del acuerdo, es una cuestión de decisión política. Somos conscientes de la idea que se abre una oportunidad para concluir rápidamente este acuerdo.
– ¿Falta decisión política de Europa o del Mercosur?
– Los primeros responsables fuimos nosotros. Quien puso el acuerdo en el congelador por casi tres años fue Europa. Yo en este sentido siempre decía que los países del Mercosur estaban dando un ejemplo de respeto diplomático y de paciencia a una Unión Europea que había dudado sobre un acuerdo estratégico e histórico.
– Entonces, ¿eso cambió?
– Bueno, lo hemos sacado del congelador, se ha descongelado y ya tenemos que cocinarlo.
– Pero cuando dice “nosotros”, son 27 países miembros de la Unión Europea, ¿particularmente primó la intención, por ejemplo, de Francia de congelar el acuerdo?
– Le habló desde mi perspectiva personal. Este acuerdo se paralizó por unas cuestiones de política doméstica francesa.
– ¿Cuáles?
– Pues unas elecciones donde había miedo que la derecha asumiese la bandera del respeto a los agricultores franceses, en teoría amenazados por un acuerdo que no los amenaza en sí. Vemos, por ejemplo, la Argentina ya exporta toda la soja que quiere Europa sin cuotas y aranceles. El acuerdo no va a facilitar exportar más soja a Europa porque ya Argentina exporta toda la soja que Europa quiere comprar. Hay que diferenciar entre los problemas políticos y los reales, y a veces los políticos son más importantes que los reales.
– ¿La política doméstica puede imponerse sobre este tipo de acuerdo?
– No, las situaciones de política doméstica no pueden paralizar un acuerdo histórico, el mundo ha cambiado mucho en los últimos años. La pandemia significó un punto de inflexión, nos dimos todos cuenta de cuáles eran nuestras dependencias y nuestra servidumbre, y que tenemos que avanzar para diversificar nuestras cadenas de suministro, proveedores y, sobre todo, buscar socios y aliados confiables.
– ¿El Mercosur lo es?
– América Latina no había sido una prioridad política, aunque sí económica, porque las empresas europeas son las que más invierten en Argentina y en Mercosur. Cuando tuvimos que buscar dónde estaban nuestros socios y con aquellos que queremos avanzar hacia el futuro vimos que América Latina es el espacio natural de Europa, así como el espacio natural de América Latina es Europa.
– ¿En qué medida la asunción de Javier Milei puede impulsar la firma final del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur?
– Cada nuevo gobierno es una nueva oportunidad de reforzar las relaciones y abre una nueva ventana de oportunidad para para incidir en aquello que nos tiene que unir a futuro. Siempre decimos que a Europa y la Argentina nos une profundamente el pasado desde raíces comunes compartidas.
La reunión con autoridades argentinas y por qué no se firmó el acuerdo este año
Una de las primeras reuniones que mantuvo Cañas y los eurodiputados fue con Diana Mondino, muy activa en la búsqueda de lograr que la firma llegue en el corto plazo. Allí, el presidente de la delegación de parlamentarios europeos, la canciller argentina manifestó su intención de “trabajar en conjunto”. Además, el español no se guardó comentarios sobre la demora en la rúbrica del tratado.
– Se ha reunido con la canciller Mondino.
– Sí, tuvimos un encuentro tremendamente fructífero y respetuoso. Todos los diputados del Parlamento Europeo que conformamos esta delegación salimos con un mensaje político muy claro, algo que a veces es difícil o no es habitual en contacto con responsables políticos, y menos aun cuando recién han iniciado sus responsabilidades en el gobierno.
– ¿Qué mensaje les transmitió?
– Pues que el Mercosur era una prioridad para el Gobierno argentino y eso es muy importante porque estamos muy cerca de poder concluir el acuerdo, estamos tocándolo y es importante que políticamente se tengan las ideas claras con líderes que asuman la importancia histórica y estratégica de esta relación.
– ¿Qué beneficios concretos puede otorgar el acuerdo?
– No solo es comercial. Es un acuerdo de cooperación y político que nos permite dar respuesta a los problemas con los que nos encontramos, pero también a las soluciones y oportunidades que podemos alcanzar. Necesitamos el acuerdo y lo necesitamos ya. El tiempo es muy importante y las ventanas de oportunidad son muy breves.
– ¿Usted está diciendo que si no se firma ahora después puede entrar en riesgo?
– Lo que estoy diciendo es que hay que firmarlo ya.
– ¿“Ya” es este año?
– Este año o a principios del año que viene.
– Inclusive con el cambio de la presidencia del Consejo de España a Bélgica…
– Sí, porque quien tiene que firmar esto no es el Consejo, es la Comisión. Lo bueno que tiene el tiempo es que uno empieza con una partida de cartas hasta que llega un momento en que uno tiene que ponerlas y ya están todas. Sabemos quién está a favor, quién está en contra, el que está en contra, por qué. Antes hablaba de los liderazgos: es necesario que alguien decida que esto es ya. Aunque, es cierto, esto debería haberse terminado con la presidencia de España.
– ¿Y qué falló?
– Yo vengo aquí a hablar de futuro. ¿Qué falló? Yo no haría un análisis político, pero, pues, probablemente que no estuvo dentro de las prioridades reales del semestre. Me hubiera gustado que mi presidente lo hubiera tenido como su máxima prioridad. Nadie como los países ibéricos como España y Portugal conocen la importancia. Yo vengo aquí y me siento como en mi ciudad.
– No lo quiero hacer hablar del pasado, pero, ¿Alberto Fernández influyó para que este acuerdo esté en el congelador durante este tiempo?
– Mira, yo digo que cuando algo no se consigue es responsabilidad de todos. Sería injusto caer sobre Brasil, Argentina o quien sea, porque sabe quién tiene principalmente la responsabilidad: Europa. Tú no puedes firmar un acuerdo y después a los tres meses decir que tienes dudas. Si lo hubiera hecho cualquier país de Mercosur estaríamos diciendo que no es un socio fiable y demás.
– ¿Cómo pueden impactar las próximas elecciones europeas que se celebrarán a mediados de año?
– Yo no tengo la bola de cristal, pero hay una diferencia entre lo que uno dice y lo que uno hace.
– ¿Se podrá ratificar después?
– Yo estoy convencido de que cuando pase la ratificación del Parlamento Europeo este acuerdo avanzará seguro, pero, ¿por qué? Porque es un buen acuerdo. Básicamente cuando se ha hablado de él negativamente es porque no se hablaba del acuerdo en sí.
(Fuente: TN)