Kylee, una adolescente texana, se mudó después de que sus padres decidieran cobrale un alquiler por seguir viviendo en la casa una vez que cumplió los 18 años.
Le pedían 300 dólares, lo que equivaldría a 310 mil pesos argentinos, para seguir en la casa. El monto se reducía a 100 dólares si la adolescente aportaba para las compras en el supermercado.
Los padres de Kylee explican que quisieron darle una lección de vida para que aprendiera a administrar su dinero. Según Cody Archie, padre de joven, era importante enseñarle a su hija que en la vida no todo es gratis y que en la adultez hay responsabilidades.
“Cuando una persona entra en el mercado laboral tiene que ser responsable tanto de su alquiler como de su comida”, afirmó el hombre.
La joven pudo conseguir trabajo y juntó el dinero necesario para pagar. Luego de nueve meses de convivencia, Kylee se fue a vivir sola.
Sin embargo, los padres no están arrepentidos. “Creo que Kylee ha adquirido una mayor perspectiva sobre lo que cuestan las cosas en el mundo real”, indicaron.
Una mujer le cobra alquiler a su hija de 18 años para dejarla vivir en su casa
Otro caso similar ocurrió también en Estados Unidos. Una madre firmó un contrato con su hija en el que le imponía una cuota de 100 dólares mensuales para seguir compartiendo la casa.
El argumento fue similar al de los padres de Kylee: prepararla para las responsabilidades del futuro y darle una la lección en la que aprenda a reconocer el valor de las cosas.