miércoles, 11 diciembre, 2024

“Si fui nazi, me arrepiento”: quién es Rodolfo Barra, el procurador del Tesoro de Javier Milei

“Si fui nazi, me arrepiento”. La frase pertenece al exministro de Justicia menemista Rodolfo Barra y fue pronunciada a modo de defensa, acorralado luego de que Página|12 revelara su pasado nazi, que incluye el ataque a una sinagoga durante su juventud. Era plena década de los 90 y Barra, un intocable de Carlos Menem, debió dar un paso al costado. Casi tres décadas después, Barra regresará a las entrañas del poder: Javier Milei lo designó Procurador del Tesoro, uno de los casilleros clave en la gestión del gobierno que asumirá el 10 de diciembre.

La designación de Barra fue confirmada por la Oficina del Presidente Electo, a través de la red social X (antes Twitter). No se trata de un recién llegado a la política ni mucho menos, sino que tiene una larguísima trayectoria en el peronismo de derecha, los cargos públicos y el poder político, todo lo que Milei denominó la “casta”: fue juez de la Corte Suprema de la mayoría automática a inicios de los 90 y luego ministro de Justicia de Menem.

 

La carrera de Barra es larga y está plagada de efemérides y datos curiosos. Por empezar, fue uno de los hombres duros de la década menemista. Fue parte de la famosa “mayoría automática” de la Corte Suprema entre 1989 y 1993, adonde desembarcó luego de un breve paso como viceministro del Interior y de acompañar como viceministro de Obras y Servicios Públicos como mano derecha de Roberto Dromi, el famoso “padre de las privatizaciones”.

Pero eso no es todo, sino que en el propio gobierno del riojano, que es señalado por Javier Milei como el mejor de los últimos años, tuvo un nuevo salto y fue ministro de Justicia desde 1993 1996.

Su salida del Gobierno es un capítulo aparte. Renunció como ministro al revelarse en una nota de Página|12 que en su juventud había arrojado alquitrán contra una sinagoga y tenía una postura nazi ultranacionalista, con un paso por el grupo Tacuara. El futuro funcionario de Milei nunca renegó de su perfil profundamente religioso y vinculado con el Opus Dei.

De hecho, la renuncia de Barra trascendió cuando organizaciones judías de Argentina se preparaban para manifestarse frente a la Casa de Gobierno en contra del ministro. Días antes, la Revisa Noticias también había publicado una foto de Barra a los trece años haciendo el saludo nazi junto a varios compañeros de militancia. A su renuncia dejó una frase para la posteridad: “Si fui nazi, me arrepiento”.

Su paso como ministro también estuvo marcado por la polémica. Se lo recuerda por ser el autor de la llamada “Ley Mordaza”, un proyecto que buscaba limitar la actividad de la prensa. La normativa proponía aumentar las penas por calumnias e injurias; la ley anticorrupción, que prohibía publicar las declaraciones juradas de bienes de los funcionarios, y una ley que permitía a la policía requisar y secuestrar elementos sin autorización judicial.

Como en el dicho, la historia pasa, pero los nombres se repiten. Apartado Barra del Gobierno por la puerta de atrás, quien lo recibió con los brazos abiertos fue Eduardo Eurnekian, el exjefe y mentor de Javier Milei. Eurnekian lo acomodó como asesor de Aeropuertos Argentina 2000. El resultado fue evidente: esa empresa ganó la licitación de las estaciones aéreas a la par de que, en 1998, Barra se hizo cargo del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna), que debía controlarla.

Sabiendo acomodarse siempre en el poder, como lo vuelve a demostrar ahora, su salida de la administración pública duró más bien poco: el 13 de diciembre de 1999, ya con Fernando de la Rúa, asumió como presidente de la Auditoría General de la Nación, ejerciendo ese cargo hasta el 1 de febrero de 2002.

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