Una, dos, tres y hasta cuatro veces intentó el móvil del Servicio Penitenciario Federal (SPF) ingresar a Ayres del Pilar, pero al comprobar que los vecinos no darían un paso atrás, finalmente volvió por donde habían llegado, dio la vuelta por la autopista Panamericana rumbo a la cárcel de Ezeiza, de donde había partido a la tarde y, finalmente, Lázaro Báez, se quedó una noche más en la prisión.
No fue un día más para el dueño de Austral Construcciones. El lunes por la mañana, la Cámara Federal de Casación Penal ordenó otorgarle de una vez por todas la prisión domiciliaria en la causa en la que le faltaba obtener ese beneficio, es decir en la de la “ruta del dinero K”, revelada por Periodismo Para Todos (PPT) en 2013 a partir de los testimonios de Leonardo Fariña y Federico Elaskar.
A pesar de no estar de acuerdo, el Tribunal Oral Federal (TOF) 4 le notificó al SPF que le pusieran una tobillera electrónica a Báez y lo trasladaran al country de Pilar para que cumpliera allí la domiciliaria.
Así, atrás quedó la disputa judicial por la fianza: el tribunal primero fijó la caución real en $632,5 millones, pero el fiscal de juicio le pidió tomar el valor de los U$S5,5 millones de la misma sobre el dólar oficial y no el del dólar bolsa, por lo que el monto bajó a $386,5 millones.Play Video
Aún así, el empresario apeló esa decisión para intentar salir de la cárcel sin tener que entregar bienes en garantía.
Lo consiguió este lunes cuando los camaristas le exigieron al tribunal que hiciera lugar a la prisión domiciliaria del acusado porque, tras ser detenido el 5 de abril de 2016, había cumplido el plazo legal máximo y prorrogable de la prisión preventiva, que llevaba cuatro años sin sentencia.Play Video
A la tarde, entonces, los guardiacárceles subieron a Báez al móvil y el conductor emprendió viaje hacia Ayres del Pilar. En paralelo, los vecinos se organizaron para recibirlo con carteles de repudio. Una vez en la puerta, impidieron tres veces su ingreso. Al cuarto intento, el vehículo pudo entrar al country, pero a los pocos metros alguien rompió el parabrisas y otros vecinos se sentaron en el asfalto para frenarle el paso.
Los vecinos del barrio cerrado tampoco permitieron la entrada de los abogados de Báez: les tiraron huevos a sus autos.
Cansados y rendidos, los agentes penitenciarios decidieron suspender la misión, volver a la Panamericana, hacer escala en la cárcel de Devoto, donde cambiaron la camioneta tras la rotura del vidrio, y finalmente terminar la noche de nuevo a Ezeiza.
Mientras se intenta resolver la situación de la prisión domiciliaria del empresario y ante la posibilidad de que intenten hacerlo ingresar al country durante la madrugada, los vecinos tienen previsto montar una guardia toda la noche.
(Fuente: TN)