A un mes de haber finalizado el pago de la tercera tanda del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) el Gobierno sigue dando vueltas para definir si habrá o no un IFE 4. Con el deterioro de la situación económica y el incremento de la incertidumbre desatada por el salto del dólar blue, que el viernes pasado llegó a $ 195, las chances de que haya un cuarto y último pago del bono de $ 10.000 vuelven a estar sobre la mesa.
El Gobierno viene manejando dos alternativas para definir la continuidad de esta ayuda pensada para la cuarentena. La primera es que ANSeS vuelva a pagar una tanda del IFE que incluya a los 9 millones de beneficiarios que tuvieron acceso a los tres pagos previos.
La segunda opción es recortar el programa y modificarlo para que se focalice únicamente en los jóvenes de 18 a 24 años y que a la vez se ensamble con una contraprestación laboral, en la línea de las prestaciones de Argentina Trabaja.
En las últimas semanas, la idea de un programa focalizado iba ganando fuerza. Pero con el deterioro de las variables económicas y el efecto negativo de la escalada del blue se reactivan las chances de hacer “un último esfuerzo fiscal” que mejore el clima social de cara al cierre del año.
En Casa Rosada ya empezaron a diseñar el plan para promover un fin de año en paz. Para paliar la escalada de la pobreza planean salir a repartir un millón y medio de cajas navideñas. Esto demandará una inversión de $ 500 millones.
Pero los funcionarios que le toman el pulso a la calle saben que con esto no alcanza y menos en un clima de tensión como el que genera la estampida de los dólares paralelos. En función de ganar paz social una nueva fase del bono que empiece a pagarse a fines de noviembre es un recurso a tener en cuenta. Si es masivo, el IFE 4 demandará $ 90.000 millones.
Este fin de semana, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, declaró que se está evaluando “hacer una ayuda más focalizada. En caso de que no se pueda, habrá IFE 4”. El argumento es que con la flexibilización de la cuarentena “parte de los 9 millones de beneficiarios ya están en condiciones de trabajar”.
El IFE llegó hasta ahora a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), desocupados, empleadas domésticas y monotributistas de las categorías A y B.
Si bien se reactivó la movilidad, no ocurre los mismo con el empleo. Con la cuarentena muchos comercios y emprendimientos informales cerraron y con el aumento de la incertidumbre bajan las perspectivas de que se reactiven las changas.
Solo en la Ciudad de Buenos Aires, el 40% de las empleadas domésticas perdió su trabajo. Y según los datos del gremio, en todo el país más de 370.000 trabajadoras de casas particulares fueron cesanteadas o suspendidas.
Solo en septiembre, el último mes en que se pagó el bono, la canasta básica aumentó 3,8%. Y en octubre las consultoras ya están detectando un alza en el precio de los alimentos, que podría llevar la inflación del mes por encima del 3%.
“Pensemos que el IFE quizás es un mes más y listo. Lo que buscamos es tratar de tener políticas más específicas con segmentos de la sociedad a los que les va a costar mucho recuperarse”, dijo Cafiero. “Si no llegamos con herramientas más focalizadas, la intención es hacer un IFE 4. No descarto ninguna de las dos cosas”.
La semana pasada, los intendentes peronistas del conurbano renovaron el operativo clamor para tener un cuarto IFE. “Creemos que de cara a fin de año está medida debe mantenerse y reforzarse“, subrayaron en un encuentro en Berazategui. En la misma línea se manifestaron buena parte de los gobernadores y los movimientos sociales que todas las semanas salen a la calle a reclamar un IFE 4.
Lo que el Gobierno dejó claro, y así está en el Presupuesto que se debate en el Congreso, es que en 2021 ya no habrá IFE. Por eso, si hay una nueva tanda del bono, será la última.
(Fuente: Clarin)