miércoles, 11 junio, 2025

Gobernadores exigen un nuevo pacto fiscal para compensar la caída de ingresos y obra pública

Enojo. Frustración. Dos palabras que atraviesan a todo el país. Así quedó en evidencia este martes en una cumbre que reunió a 23 de los 24 gobernadores en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), con un único ausente: el correntino Gustavo Valdés, por razones de agenda local. El motivo de la convocatoria fue la profundización de una crisis que ya no distingue signos políticos: el derrumbe de la coparticipación, la desaparición de los giros discrecionales, la parálisis total de la obra pública y el desgaste del federalismo.

Los mandatarios resolvieron solicitar una audiencia al Poder Ejecutivo nacional para impulsar una discusión profunda sobre el esquema de distribución de recursos en el país. La demanda central: una reforma fiscal integral que redefina el vínculo entre Nación y provincias, en un contexto en que las transferencias nacionales se derrumbaron y las obligaciones de las jurisdicciones aumentan día tras día.

“La idea es solicitar una audiencia, y que en esa audiencia veamos punto por punto hacia dónde queremos ir”, expresó el gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, único de los presentes que dialogó con la prensa al término del encuentro. “Vivimos en un país federal, pero ese federalismo se ve muchas veces distorsionado por asimetrías educativas, sanitarias, sociales”, advirtió.

El intercambio se realizó en la sede provisoria del CFI, en Azopardo 750, ya que su edificio habitual en Retiro se encuentra en refacción. Fue presidido por Ignacio Lamothe, titular del organismo, quien presentó un informe técnico sobre fuentes alternativas de financiamiento para infraestructura, en un contexto en que las obras públicas permanecen detenidas por orden del presidente Javier Milei.

La presencia de Jorge Macri -jefe de Gobierno porteño, habitualmente ajeno a estas mesas federales- sorprendió incluso a sus pares, y reforzó el carácter transversal del malestar. Participaron, entre otros, Axel Kicillof (Buenos Aires), Martín Llaryora (Córdoba), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Carlos Sadir (Jujuy), Sergio Ziliotto (La Pampa), Claudio Poggi (San Luis), Gustavo Sáenz (Salta), Marcelo Orrego (San Juan), Rolando Figueroa (Neuquén), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Gildo Insfrán (Formosa). También se sumaron virtualmente gobernadores como Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Hugo Passalacqua (Misiones).

El misionero dejó una definición clara al finalizar el encuentro: “Sin infraestructura no hay desarrollo, producción, empleo y mucho menos inversiones. Llamamos a rever con urgencia la política nacional en torno a la obra pública”, dijo. La posición de Misiones -compartida por la mayoría de las provincias medianas y chicas- enfatiza que la desaparición de los fondos nacionales para obras representa directamente “el fin de las provincias”.

En off, un funcionario con llegada directa a varios gobernadores graficó: “Estamos viendo cómo encarar el tremendo déficit de infraestructura que tiene Nación con las provincias. Algo lograremos financiar con el CFI, pero el tema de fondo son los recursos: la coparticipación primaria cae, la recaudación cae, y Nación desaparece. Quieren hacerle creer a la gente que el ajuste es de las provincias, pero en realidad somos las provincias las que estamos financiando el ajuste de Nación”.

El malestar no se limita a la suspensión de rutas o viviendas. Impacta directamente en las economías locales, el comercio interprovincial y la conectividad. “Especialmente las rutas son un drama. Afectan a la producción, al turismo, a todo”, resumen los técnicos. El consenso entre los gobernadores es que no existe precedente histórico de una retracción tan abrupta de la inversión pública nacional.

Torres propuso reformular el régimen de coparticipación y recordó que “hace mucho tiempo se incumple el mandato constitucional de dictar una nueva Ley de Coparticipación Federal. Sin acuerdo entre todos, esa discusión es en el aire”.

También planteó la necesidad de encarar una reforma fiscal “que sea más justa, que le quite el pie de encima a la producción y al trabajo”, en contraposición con el sistema actual, que calificó como “regresivo y distorsivo”.

“No podemos seguir votando las leyes menos malas. Tenemos impuestos transitorios que se volvieron eternos”, sentenció.

En la misma línea, algunos mandatarios se trasladaron tras la reunión hasta Casa Rosada para avanzar en el acuerdo por los “dólares del colchón”, el plan del Gobierno nacional para captar fondos no bancarizados. Participaron Weretilneck, Figueroa, Orrego, el ministro de Economía de Misiones (en representación de Passalacqua), Zdero, Poggi y Sáenz. Ya habían firmado el convenio Jalil, Jaldo, Torres, Sadir y Frigerio.

Torres también sugirió replicar a nivel nacional modelos de compensación que algunas provincias aplican. “En Chubut encontramos una forma creativa: con un convenio de compensación de deuda estamos haciendo nosotros las obras nacionales, como la Ruta 13. También pedimos el traspaso de la Ruta 40. Pero más allá de eso, necesitamos un consenso fiscal que nos lleve a un país normal”.

Aunque reconoció que en un año electoral puede parecer “utópico”, concluyó con una expresión de deseo: “No es común que todos los gobernadores nos sentemos con el gobierno a trabajar con madurez dirigencial. Hay vocación. Hay voluntad. Ojalá podamos lograrlo”.

En lo inmediato, el diagnóstico es compartido. Pero el camino hacia una solución concreta sigue dependiendo de la voluntad de diálogo del Gobierno nacional, que por ahora, mantiene el silencio.

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