Javier Milei se encuentra en el centro de la atención internacional durante la cumbre del G20 que se celebra en Río de Janeiro. Su enfoque meticuloso hacia el comunicado final del foro refleja su firme compromiso con sus principios ideológicos, especialmente en temas críticos como el desarrollo sustentable, el cambio climático, la guerra en Ucrania y la crisis en Medio Oriente.
Milei dejó claro que revisará cada uno de los párrafos del último borrador del comunicado antes de firmarlo. Si considera que el texto contradice sus perspectivas personales e ideológicas, no dudará en rechazarlo, lo que podría desencadenar una crisis inesperada dentro del G20. Este enfoque se alinea con su convicción de que el G20 tiene un papel importante en el escenario internacional, pero exige que Brasil no utilice la agenda del foro para fortalecer su política interna a expensas de los intereses de otros miembros.
Las diferencias entre Milei y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, son evidentes. Mientras Lula promueve una agenda centrada en la lucha contra la pobreza y el desarrollo sustentable, Milei se opone a estas posturas, especialmente en lo que respecta al cambio climático y a la propuesta de un impuesto del 2% a los “super ricos”. A pesar de estas discrepancias, Milei instruyó a su equipo para agotar todas las instancias de negociación antes de tomar una decisión sobre la firma del comunicado final.
El presidente argentino también expresó su repudio hacia la invasión rusa a Ucrania y considera esencial que el G20 emita una condena clara contra las acciones recientes de Vladimir Putin. Sin embargo, los borradores presentados por Lula no cumplen con las exigencias de Milei en este aspecto. Además, Milei ha manifestado que no firmará el comunicado si no hay un cuestionamiento explícito hacia Hamas y otros grupos vinculados a Irán, especialmente tras los recientes ataques en Israel.
En medio de este contexto tenso, la Cancillería brasileña presentó una propuesta al G7 sobre la guerra en Ucrania y la crisis en Medio Oriente. Milei ha decidido esperar su turno para responder formalmente a los organizadores del G20. Un miembro del gobierno argentino comentó: “El presidente tiene sus líneas rojas y quiere que se las respeten. Eso no significa que venga a romper el G20; significa que quiere acordar sin transigir su mirada del mundo”.