Una paciente estrategia posibilitó identificar y detener a un sospechoso de abuso sexual en perjuicio de tres hermanitos obereños, tras una denuncia radicada en julio del año pasado. Por el mismo hecho, desde un primer momento fue capturado el padrastro de los chicos, al tiempo que el segundo logró permanecer prófugo durante 17 meses.
De todas formas, este sábado personal del Comando Centro de la Unidad Regional II logró detener a Ricardo A. (20), quien quedó seriamente comprometido por las declaraciones en Cámara Gesell de los hermanitos de 7, 5 y 4 años.
Su ubicación fue posible a tareas de inteligencia encubiertas que se iniciaron por redes sociales. Así, pudieron establecer comunicación con el prófugo y accedieron a su número de celular.
Una vez que se ganaron su confianza, pactaron un lugar de encuentro y el joven acudió a la cita, en zona del barrio Villa Ruff, donde fue capturado y puesto a disposición de la justicia.
En el mismo expediente a cargo del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá está imputado Diego A. (38), quien era el concubino de la madre de las criaturas.
“Tío Aldo”
La denuncia fue radicada el 10 de julio del año pasado por la abuela materna de los chiquitos, quien ya tenía la custodia por una causa previa por violencia. Las víctimas son dos nenas de 7 y 4 años, y su hermanito de 5.
Entrevistados en Cámara Gesell los tres hicieron referencia a los abusos. No sólo ratificaron los detalles expresados en la denuncia original, sino que aportaron datos que complicaron a los acusados.
Además de brindar detalles aberrantes del sometimiento sexual, los chicos también contaron que su padrastro los golpeaba y los ataba con un cable.
Incluso, la nena más grande mencionó que “a veces ponía algo en un pañuelo para hacernos dormir”. De terror, inimaginable.
También pusieron en escena a otro hombre identificado como “tío Aldo” -el ahora detenido-, quien durante un tiempo habría vivido ellos a la misma casa y no sólo los sometía, sino que también mantenía relaciones con sus padres, tal como mencionaron las criaturas.
Detalles del horror
Según un vocero con acceso al expediente, se trata de un caso pocas veces visto por la cantidad de víctimas en simultáneo y la brutalidad de los perpetradores.
“Todos hablaron, pero el nene relató más cosas porque dormía en la habitación de los padres. Contó con palabras de nene, lo que les da más entidad a sus dichos. Los tres hermanitos nombraron mucho a un tal Aldo, que tenía relaciones sexuales con los padres y el cual también les hacía cosas a ellos”, precisó la fuente.
En un tramo de la entrevista, el niño aseguró que su padrastro llegó a atarlo con un cable.
Consultados al respecto, los menores indicaron que los abusos sucedían cuando la mamá salía por algún motivo, como ser por compras.
“Pero dejaron claro que la madre sabía lo que pasaba. El nene dijo que le contaron y que ella tenía miedo, que por eso su concubino le pegaba en la panza cuando estaba embarazada. Los tres chicos declararon lo mismo”, citaron.
Precisamente, el embarazo en cuestión sería fruto de la relación con el primer detenido.
A la nena de 4, por su corta edad, le pidieron que dibuje sus experiencias y el resultado “fue acorde y típico de niños abusados”, agregaron, al tiempo que definieron como “categórica” la declaración de los menores en Cámara Gesell.
En este contexto, por el tipo de delito y agravantes, los sospechosos afrontan una pena de hasta 20 años de cárcel.
Los salvó la abuela
Previo a la denuncia por abuso sexual contra el padrastro, el Juzgado de Familia de Oberá había otorgado a la abuela materna la guarda provisoria de los menores. La medida de protección obedeció a hechos de violencia perpetrados por la madre y su concubino en perjuicio de los niños.
La misma abuela radicó aquella primera denuncia, aunque no imaginaba el desenlace que se avecinaba ni el horror que escuchó de boca de sus nietos una vez que estuvieron bajo su mismo techo.
Fue así que un día, mientras hacía las cosas de la casa, el nene le dijo a su hermanita más chica: “Vamos a la cama, vamos a c… y hacer un bebé”.
Tras superar la conmoción por lo que acababa de decir el chiquito, se acercó y les preguntó de dónde aprendieron o escucharon eso, ante lo cual la nenita de 4 años fue la primera que comenzó a contar las aberraciones a los que fueron sometidos por “papi”, como llamaban a la pareja de su mamá.
Como primera reacción, según consta en la denuncia, la más grande dijo que era mentira, a lo cual el hermano le pidió: “Contá la verdad, no tengas miedo. La abuela no te va a pegar, contá”.
Eso alcanzó para que la nena de 7 años se desahogue y termine relatando todo lo que su padrastro les hacía. Incluso, el acusado la amenazaba con lastimarla a ella y a sus hermanitos si contaba lo que pasaba puertas adentro de la casa.
La niña rompió en llanto y detalló el calvario que padeció a manos de su padrastro y del otro hombre identificado como Aldo.
Por su parte, la denunciante dejó asentado que sospecha que su hija conocía los hechos, pero no intervino.