Martín Pablo Arredondo llevaba al menos cuatro días muerto en su departamento. Se formó en la escuela de la Policía Bonaerense y trabajaba como informante de Policía Federal y otras fuerzas. La autopsia reveló que lo ahorcaron.
La aparición sin vida de Martín Pablo Arredondo, de 37 años, en el departamento que alquilaba en el tercer piso del edificio sobre calle Colón frente al colegio Roque González, en pleno microcentro de la capital provincial, desató un mar de dudas respecto al móvil del crimen del supuesto vendedor de autos, oriundo de Lanús provincia de Buenos Aires, y que hace al menos 8 años operaba en esta ciudad.
Según los investigadores del caso, Arredondo llevaba una especie de doble vida. Mientras en su perfil social se mostraba como una persona dedicada a la venta de automóviles, testigos afirmaron que “vendía merca (cocaína), y la tenías que buscar en el Hotel Julio César”, en referencia al tradicional hospedaje 4 estrellas ubicado sobre calle Entre Ríos a pocos metros de su departamento.
Pero el vínculo con la noche y las drogas sería la parte menos oscura de Arredondo, quien se formó en la escuela de policía Juan Vucetich, de la provincia de Buenos Aires. Una vez instalado en la tierra colorada, supuestamente alejado de las fuerzas de seguridad, el hombre continuó jugando una doble faceta: “se movía en el ambiente narco e informaba, en un tiempo a la Federal, luego reportó a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y a la Policía de Seguridad Aeropoertuaria”, según enumeró la fuente consultada.
Los vínculos de Arredondo con empresarios de importantes concesionarios de automóviles de la ciudad, también podrían echar algo de luz al crimen. La policía rastrea contactos de ese ámbito en dos teléfonos celulares secuestrados en la escena del crimen, donde también se logró rescatar documentación que vincula a personas de su entorno y dos computadoras portátiles.
Fiesta, drogas y muerte
Para la noche del miércoles 19, Arredondo organizó un encuentro en el pequeño departamento de alquiler, que sería uno más de sus domicilios, sin muchas pertenencias personales que indicaran su arraigo en ese sitio. “Había una fiesta y se escuchó una pelea“, declaro ante las autoridades un vecino, que días más tarde llamó a la policía por el fuerte olor que salía desde aquel lugar.
El oscuro final del hombre infiltrado en el mundo del hampa y que reportaba a la policía, se filtró a los medios en un video que da cuenta del estado de descomposición y del cuerpo hinchado de Arredondo, sobre cual sobrevolaban moscas.
Allí, los investigadores de la Policía de Misiones secuestraron cocaína y marihuana en pequeña dosis, que serían para el consumo personal o restos del encuentro entre amigos.
No trascendieron mayores datos sobre la mecánica del ataque mortal: “asfixia mecánica incompleta con fractura de maxilar”, confirmaron las autoridades.
Buscan a dos hombres y una mujer quienes serían las últimas personas en estar en el lugar del crimen, según se desprende del análisis de las cámaras de seguridad de los negocios de la zona.
(Fuente: LVM)