domingo, 7 julio, 2024

Día del Locutor: ¿por qué se celebra hoy, 3 de julio, en Argentina?

La fecha se escogió en 1950 debido a que, precisamente, un 3 de julio de 1943 se fundó la Sociedad Argentina de Locutores. En esa ocasión, veintiún locutores se reunieron en la redacción de la revista Antena, hoy desaparecida, ubicada en Corrientes al 800, para formar una entidad que los agrupara. Y siete años más tarde, acordaron celebrar el Día del Locutor.

Cómo nació la Sociedad Argentina de Locutores

En la reunión del 3 de julio de 1943, 21 locutores argentinos sentaron las bases de la sociedad. Además, se eligió a Pedro del Olmo como presidente y como secretario a Roberto Galán. Este último, recordó años atrás, en la página de la SAL. cómo se gestó la inciativa: “La idea surgió durante un encuentro propiciado por la Dirección General de Correos y Telégrafos, que solía convocar todos los años a locutores de las principales emisoras porteñas para conducir el tradicional desfile militar del 9 de julio en la zona de Palermo. Por entonces llamaban a locutores de Belgrano, Splendid y Mundo”.

Agregó: “Corría el año 1943 y en las cercanías del aniversario de la independencia se nos convocó en el Regimiento 1 de Infantería Patricios. Al conocernos los locutores, nos dimos la mano, ya que estábamos distanciados y competíamos entre nosotros”.

Roberto Galán fue elegido como el primer presidente de la Sociedad Argentina de LocutoresRoberto Galán fue elegido como el primer presidente de la Sociedad Argentina de Locutores

Al primero que se le ocurrió la idea de unirnos, fue a Jorge Omar Del Río, que había concurrido por Radio El Mundo. Cuando esperábamos que nos dieran una suerte de libretos, Del Río preguntó acerca de formar una entidad que agrupara a los locutores. La propuesta gustó y yo fui a pedirle un lugar para reunirnos a Julio Korn, que tenía su editorial en un viejo edificio de la calle Corrientes 830 donde publicaba la revista Antena. Desde allí, llamamos a todas las emisoras, invitando a los locutores a reunirse”, continuó.

Y concluyó: “Alquilamos un local en la calle Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen, entre Combate de los Pozos y Sarandí). Con unos libros que aporté inauguramos una pequeña biblioteca, compramos una máquina de escribir, abrimos un Libro de Actas. Después comenzó la gran tarea de incorporar al Interior y formar las filiales”.

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