Botafogo hizo historia en el Monumental de Buenos Aires. Con goles de Luiz Henrique, Alex Telles -de penal- y Júnior Santos, el Fogao venció por 3-1 al Atlético Mineiro de Gabriel Milito y se consagró campeón de la Copa Libertadores por primera vez en 106 años. De este modo, picó su boleto para los próximos Mundiales de Clubes y enfrentará a Racing en la final de la Recopa Sudamericana el año que viene.
La historia no comenzaba bien para Botafogo, ya que tras una patada tremenda, el árbitro argentino, Facundo Tello decidió expulsar a Gregore. Después de 30 minutos de asedio por parte del Mineiro, todo cambió.
Botafogo comenzó a jugar desde los pies de Thiago Almada y así llegó el 1-0. El argentino condujo, Marlon Freitas probó desde la puerta del área y Luiz Henrique se encontró con un rebote para abrir el marcador.
Sin tiempo para la recuperación del primer gol, los dirigidos por Gabriel Milito recibían otro cachetazo. Éverson fue abajo en busca de cortar un ataque, pero Luiz Henrique llegó a puntear la pelota antes y el arquero le cometió penal. Tello no lo había sancionado, pero tras revisar la acción en el VAR rectificó su decisión.
Alex Telles -ex Porto, Inter, Manchester United y Sevilla, entre otros- se hizo cargo de la ejecución. Remató a su derecha, Éverson fue hacia el otro lado y anotó un 2-0 inesperado en el comienzo del encuentro.
Milito pateó el tablero en el entretiempo: adentro Vargas, Bernard y Mariano y afuera Lyanco, Vera y Scarpa. Modificaciones que rápidamente le rendían frutos.
A los 47′ Hulk ejecutó un córner al corazón del área, la pelota sobró a todos menos al chileno, que la atacó con un cabezazo y descontó para Atlético Mineiro.
Tras casi un monólogo de Atlético Mineiro (con dos mano a mano de Vargas incluídos) y sin poder empatar el marcador, Botafogo concluía una Ley del fútbol: los goles que no se hacen de un lado, se hacen en el otro.
Así fue que, tras una gran jugada personal y un rebote que favoreció su posición y quedar fuera del offside, Junior Santos convertiría el 3 a 1 final.
Con esta victoria, el conjunto de Río de Janeiro consigue su primera Libertadores y dos boletos directos. Primero, a la final de la Recopa Sudamericana contra Racing. Por otro lado, la última plaza disponible para el mundial de clubes a desarrollarse en 2025.
