«Nuestro compromiso es y fue saber qué pasó con el atentando a la AMIA». Con esa frase que arrancó en presente (es) e inmediatamente ligó al pasado (fue), Alberto Fernández ratificó ante el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, la decisión del Gobierno para encontrar a los responsables del ataque a la mutual judía el 18 de julio de 1994, que tuvo 85 víctimas fatales.
No es casual la referencia a que «fue el compromiso». La vicepresidenta Cristina Kirchner está siendo investigada por la firma del Memorando de Entendimiento con Irán que impulsó en 2013 luego de la denuncia del fiscal Alberto Nisman, que reveló una trama de encubrimiento a los iraníes acusados del atentado. Después de esa denuncia en enero de 2015 Nisman fue encontrado muerto en su departamento de Puerto Madero.
Antes de reunirse con Netanyahu, Alberto Fernández mantuvo un encuentro en Jerusalén con su par israelí, Reuben Rivlin, en su último día antes de partir de regreso a Buenos Aires.
Los dos mandatarios se reunieron en la residencia de Rivlin y conversaron un rato, en el marco de la serie de reuniones que el mandatario local tuvo con otros varios jefes de Estado, entre ellos el ucraniano Volodímer Zelenski y la danesa Mette Frederiksen.
Tras la reunión con Rivlin, Fernández partió hacia la residencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para un encuentro en el que lo escoltó parte de su comitiva y marcó la última cita del mandatario en Jerusalén y el final de su primer viaje oficial al extranjero.
(Fuente: M.O)