Violencia al extremo imaginable y decenas de hipótesis. Hasta el momento son las únicas conclusiones obtenidas pocas horas después del hallazgo, adentro de una heladera, del cuerpo descuartizado de un hombre, que se presume, se trata de Marcos Adalberto Martínez, propietario del inquilinato de la avenida Juan Manuel Fangio en el complejo habitacional A4 de la zona sur de Posadas, donde se registró el crimen y desató la conmoción desde la madrugada de ayer.
Presuntamente desmembrado con una amoladora y los pedazos de cuerpo y extremidades embolsados en polietileno, el escenario del homicidio se percibió como “una obra del horror”. Olor a putrefacción y rastros de sangre enchastrados en una pieza de la heladera y en la antesala y diversos puntos de una de las viviendas que alquilaba Martínez sobre la avenida 186 (Fangio) entre las calles 53 y 53B
También se sorprendieron los peritos con la cantidad de larvas, gusanos y moscas, la mayoría ya secas y que servirían para una pericia que indique el tiempo del óbito en ese lugar.
Fuentes consultadas por un medio provincial remarcaron que el estado de descomposición de los restos era tal que se recogieron y trasladaron directamente a la Morgue Judicial de Posadas para que los integrantes del Cuerpo Médico Forense del Superior Tribunal de Justicia, intenten determinar la causa de muerte y la herramienta para cortar el cadáver y depositarlo en la heladera a la que quitaron todas las bandejas y estantes para que quepan los restos.
Se espera además que se obtenga un patrón genético de la víctima y se coteje para confirmar la identidad. No existiría otro modo de identificación debido al estado de putrefacción.
Según las estimaciones de voces expertas en labores de criminalística, el estado del cadáver coincidiría con el día de denuncia de la desaparición de Martínez, presentación que realizó su pareja en la comisaría Undécima de la Unidad Regional X, jurisdicción de A4. Pero los rastros forenses podrían estirar la presunción a 21 días o tres semanas.
De las primeras sospechas en torno al autor del crimen, se estableció una línea de investigación que intenta ubicar a un expolicía y exconvicto de 50 años con domicilio legal en Loreto, pero acarrea antecedentes por robos calificados tanto en Misiones como Corrientes.
Conocido con el alias “Bin Laden”, se lo vio próximo a Martínez durante los últimos meses y se intenta determinar si sus últimos recursos económicos correspondían a préstamos de dinero fuera del marco legal y posiblemente enmarcado en la usura y la violencia para los cobros.
Entre otras fuentes que dialogaron con este Diario, se señaló que si “Bin Laden” fue el autor directo y mentor del asesinato y descuartizamiento ya ganó el suficiente tiempo y distancia para perderse por campos o localidades correntinas, donde tendría recursos para esconderse y aguantar su impunidad.
Pasaron 15 días de la denuncia de desaparición de Martínez y en los alrededores de las habitaciones que refaccionaba y alquilaba ningún vecino notó su ausencia. No lo vincularían tampoco con actividades delictivas menores, como robos en viviendas y reducción de los botines, ni sospecha de narcomenudeo.
Se lo describió como un hombre de contextura física grande, rengo por un problema en una rodilla y calvo. De poco hablar y sin verse involucrado en rencillas vecinales.
En cuanto al juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, de turno durante diciembre, encabezó a las 3 de ayer el allanamiento y la labor de los integrantes de la Dirección Policía Científica tras el hallazgo de los restos cadavéricos. Lo acompañó el fiscal de Instrucción 6, René Germán Casals y se estableció el estricto silencio, al menos hasta tanto se confirme la identidad de la víctima y los elementos que apunten a un posible asesino.
Entre los elementos secuestrados, se destacó la amoladora que estaba enchufada a la corriente eléctrica y manchada con sangre, dos cuchillos, uno dentado de cocina y uno de fabricación artesanal de 45-50 centímetros de largo tipo puñal con doble filo, de los confeccionados habitualmente con restos de elásticos de suspensión de automóviles. Ambas armas blancas también tienen manchas escarlata y estaban próximas al colchón donde se presume fue descuartizada la víctima.
Los investigadores policiales fueron encomendados a intentar hallar, entre otros objetivos, la motocicleta en la que se movilizaba Martínez y en la que habría sido visto “Bin Laden” pocas horas antes del descubrimiento del cuerpo.
Entre otros elementos que faltan y motivan sospechas, se buscaría una caja fuerte portátil, propiedad de Martínez.
(Fuente: Primera Edición)