La Cabo Principal Marcela Elizabet Cáceres (32) oriunda de Capioví es una de las primeras mujeres que egresaron de la Escuela de Suboficiales de la Armada en la especialidad Infantería de Marina y hoy integra la Fuerza de Tarea Argentina 55 de la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP).
Por segunda vez en su carrera militar, la Cabo Principal Marcela Elizabet Cáceres participa de una Misión de Paz: la primera vez integró el Contingente Argentino desplegado en la República de Haití en 2012. Sus vivencias y experiencia dan cuenta del aumento de la participación del personal militar femenino en estas misiones.
Marcela nació y se crió en una localidad misionera de 3 mil habitantes, a una hora de Posadas hacia al Norte, en Capioví, donde nunca imaginó de pequeña servir en la Armada Argentina; pero con el tiempo, sus hermanos y cuñado, quienes integraron la Fuerza, comenzaron a contarle de qué se trataba la vida militar y emprendió un viaje a Punta Alta, Buenos Aires.
“Tenía familiares en la Armada y empecé a conocer el movimiento de la Marina cuando me vine de Misiones a vivir cerca de la Base Naval Puerto Belgrano, y me encantó”, introdujo.
“Cuando decidí ingresar en 2008, era la primera vez que incorporaban al personal femenino para la Infantería de Marina y enseguida pedí la especialidad. Lo veía como un desafío para mí”, comenzó su relato. “Ya en el PSP (Período Selectivo Preliminar) en la Escuela de Suboficiales quería ser infante de Marina y redoblé la apuesta cuando nadie me imaginaba con el uniforme camuflado”, enfatizó.
De sus 6 hermanos, ella –la más chica de todos– y otra hermana, son cabos principales de la Armada; y los que una vez las motivaron a ingresar, tomaron otros rumbos de vida.
Sus padres comprenden que Marcela no puede estar como antes, pero siempre la esperan. “Ahora ellos viven en 2 de Mayo, están muy contentos y orgullosos porque pertenezco a la Fuerza. Mi esposo también es militar e infante de Marina y tenemos a Bastian de 4 añitos. A mis amigos les interesa mi actividad y me preguntan mucho lo que hago”, contó.
“La Armada es una experiencia única donde aprendés mucho, sobre valores y disciplina también; y si tuviera que definirla, elegiría la palabra orgullo, porque es lo que siento y me encanta hacer. La Armada me ha dado muchas oportunidades y ésta, de ir en Misión de Paz a Chipre, era uno de mis sueños”, resaltó la Cabo Cáceres.
Ella asegura que esta nueva experiencia será diferente de la realizada en Haití, no sólo por el contexto social y cultural sino también por su rol, jerarquía y por la distancia física con su hijo, con quien se echarán de menos durante 6 meses, tiempo que dura esta comisión. Sabe que le costará la distancia más a ella que a Bastian, pero la reconforta saber que siempre cuenta con su esposo y con el apoyo de toda su familia en las metas que se propone.
Si algo recuerda con cariño de su Capioví natal, es una canchita de fútbol en el barrio cerca de su casa donde jugaba todo el día con sus hermanos y vecinos: “Realmente extraño esos momentos”, dijo con una mueca de nostalgia. Y nunca se irán, como los vividos en la Escuela Primaria N°231 y en el Secundario Cristo Redentor; o las ganas de comer reviro, comida típica misionera.
“La sopa paraguaya, el chipaguazú y el chipá también, pero el reviro es bien del litoral, como el pan casero hecho en el horno de barro; podría hablar todo el tiempo de las comidas de mi provincia”, confiesa y se ríe. Marcela es consciente de que poco a poco, la tonada misionera se le está yendo, pero lleva a Misiones en su corazón con codiciado orgullo.
Misionera por la paz
Desde fines de febrero, la Cabo Principal Marcela Cáceres se encuentra en la Isla de Chipre. Por 6 meses integrará la Fuerza de Tarea Argentina (FTA) 55 UNFICYP. Esta Fuerza de Paz fue establecida por Naciones Unidas en 1964 con el fin de evitar que se reanude la lucha por la disputa territorial entre las comunidades grecochipriota y turcochipriota. La labor de los Cascos Azules argentinos en Chipre se lleva a cabo desde 1993.
La FTA se destaca en un sector de responsabilidad dentro de la zona de amortiguación, operando de Norte a Sur en la Isla de Chipre. Las bases de patrulla y las patrullas de largo alcance trabajan de forma ininterrumpida en dos grandes grupos, que alternan las tareas operativas con las actividades de adiestramiento.
Estas incluyen entrenamiento físico, tiro diurno y nocturno, prácticas de conductores en terrenos con dificultad e instrucciones obligatorias como lucha contra el fuego, evacuación sanitaria, control de accidentes, operación de helipuertos y circuitos cerrados de vigilancia.
Entre las tareas operativas se destacan el patrullaje terrestre, aéreo y a pie para el control y la resolución de incidentes; escoltas a peregrinaciones y manifestaciones; señalización y relevamiento del estado de los caminos; y asistencia humanitaria, entre otras funciones.
La misión requiere de un adiestramiento previo que comienza en el Comando de Instrucción y Evaluación de la Infantería de Marina (COIE) con asiento en la Base Baterías, cercana a la Base Naval Puerto Belgrano. Este adiestramiento se completa en el Centro Argentino de Entrenamiento Conjunto para Operaciones de Paz (CAECOPAZ) en Campo de Mayo, Buenos Aires. Es el primer centro de entrenamiento latinoamericano de excelencia para la capacitación de nuestras Fuerzas, de países latinoamericanos y de otras partes del mundo.
La mujer presta servicio en la Armada Argentina desde hace 4 décadas desempeñándose progresivamente en distintas funciones y especialidades, abarcando los más diversos destinos navales. De esta forma, acompaña la tendencia mundial que promueve la igualdad de derechos y oportunidades entre varones y mujeres.
Fue en 1979 cuando la Armada admitió por primera vez el ingreso de la mujer uniformada y al año siguiente, la incorporó a los cuadros permanentes; si bien muchas mujeres ya se desempeñaban en el ámbito militar como Personal Civil de la Armada y las primeras Policías de Establecimientos Navales desde 1976.
En 1981 y ‘82 se incorporaron las primeras oficiales al Cuerpo Profesional y ya en el nuevo milenio, la mujer se incorporó a la Escuela Naval Militar para la carrera de oficial del Cuerpo Comando (2002), egresó la primera promoción mixta de infantes de Marina en la Escuela de Suboficiales (2009) y las primeras infantes de Marina de la Escuela Naval Militar (2010).
Cada año, el número de mujeres que ingresan a la Armada crece, como su permanencia y participación en todas las actividades de la Institución, en pos de la igualdad de derechos y oportunidades con sus pares varones.
(Fuente:Económis )