El hombre no pudo asistir a su boda debido a ser una persona de riesgo pero el esposo de su nieta manejó con ella durante tres horas para que pudieran encontrarse y su abuelo pueda verla vestida de novia.
Luego de contraer matrimonio en una maravillosa ceremonia, Alex Pearce y su esposo viajaron más de 300 kilómetros inmediatamente después de casarse. ¿La razón? La joven novia no quería que su abuelo se perdiera ningún detalle de la boda, ni siquiera su vestido.
La joven de 36 años y su marido quisieron sorprender al hombre de 87 años, de nombre Graham Burley, ya que éste último no pudo asistir debido al riesgo que significa el contexto actual de cuarentena.
La pareja ya llevaba dos años de relación cuando decidieron casarse. Pearce, una cirujana del hospital King College en Londres, se casó con Phillip, un dentista de 41 años. El evento contó con nada más que 30 invitados debido a las restricciones por coronavirus.
La pareja también implementó los protocolos adecuados, ya que a cada uno de los concurrentes se le tomó la temperatura antes de entrar. “Era muy riesgoso que venga a la boda y podría haber afectado a todo el hogar en el que está hospedado. Así que pensamos que podría ser bueno sorprenderlo con una visita”, explicó la flamante esposa.
El viaje para enseñar el vestido de novia
“Viajamos desde Londres hasta el hogar donde estaba mi abuelo en Lymington, donde nos cambiamos a nuestros vestidos de novios de nuevo. Cuando aparecimos fue una sorpresa total para mi abuelo, obviamente todo el equipo médico sabía“, contó Pearson al portal Metro de noticias locales.
“Estalló en lágrimas apenas nos vio. Fue increíblemente especial el visitarlo”, añadió la joven. “Fue muy emocional y hasta a mí se me escaparon un par de lágrimas. Significó mucho el poder ver a Alex en su hermoso vestido blanco”, explicó el propio abuelo al medio.
(Fuente: Radio Mitre)