Este 24 de febrero se cumplen tres años de la guerra entre Rusia y Ucrania. Desde su inicio, el conflicto ya se cobró la vida de más de 14 mil personas, entre ellas 599 niños. Además causó heridas a más de 28 mil civiles.
Un día como hoy pero de 2022, el presidente ruso Vladimir Putin anunciaba una “operación militar especial” con el objetivo de desmilitarizar Ucrania. Poco después, los misiles impactaban en bases militares, aeropuertos y centros de comando del país. Las tropas rusas avanzaban a paso firme desde el norte, el este y el sur con dirección a Kiev.
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Mientras el mundo se expresaba ante este contexto, la resistencia ucraniana se defendía y complicaba el avance ruso que ya comenzaba a mostrar fallas logísticas.
En tanto, las estaciones de metro se convertían en refugios y familias enteras buscaban protegerse de los ataques.
De forma paralela, Moscú exigía la neutralidad de Ucrania y el reconocimiento de Crimea como territorio ruso. En tanto, Kiev pedía la retirada total de las tropas invasoras. La brecha era demasiado amplia y las conversaciones se diluyeron a medida que los frentes se estabilizaban y la guerra se convertía en una prueba de resistencia.
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Tres años después, el conflicto y las negociaciones continúan resonando. La guerra en Ucrania sigue marcando el rumbo de la geopolítica global. Las primeras expectativas de Moscú de un avance rápido se desmoronaron, y hoy la situación se mantiene en un punto de estancamiento, con un alto costo humano y material que parece no tener fin.